Vlado Gotovac (escritor yugoslavo...es decir con sentimientos identitarios múltiples)


"NUNCA HE COMPRENDIDO A QUIENES DESEARÍAN QUE EL ARCO IRIS FUERA DE UN SÓLO COLOR. ÚNICAMENTE SU VARIADA GAMA CROMÁTICA LO HACE HERMOSO. ASÍ, TAN SÓLO DIVERSAS ETNIAS Y GRUPOS HUMANOS PUEDEN ENCERRAR TODA LA BELLEZA DEL MUNDO".
Vlado Gotovac. Escritor yugoslavo (...portador de identidades múltiples, no excluyentes, radicalmente opuesto a la limpieza étnica que configuró los actuales estados mono-étnicos en los Balcanes)

martes, 14 de marzo de 2017

UNA GRAN OBRA. PATRIA. MI PATRIA. UNA OBRA SANADORA



Betidanik pentsatu dut kritika aberasgarria dela, bai, zalantzarik gabe;baina horretarako kritika erregalu bihurtu behar da. Hori lorturik kritikak handitu egiten gaitu, aberastu egiten gaitu ene ustez. Kritika, ordea, gezi pozoindutzat botatzen baldin bada ez da sendagarria, letala baizik. Hori gertatu zait ene kontra aritzen den artikulo honetan. Hori dela eta minduta nagoela komentatu behar dizuet. Zuek irakurri eta zuek erabaki lagunok, libreak eta kritikoak zarete eta; hori bai, ene aldetik saiatuko naiz botatako hainbat intsinuazio, gezurra eta zehaztasunik eza argitzen. Badakit boterearen ondoan aritzea askoz erosoagoa dela eta ene kasuan hurrun samar nagoela; baina duela gutxi hirurogei urte bete ditut eta ez daukat inongo karnetarik (igerilekukoa ezik), beraz ene lotura bakarrak ene kontzientziarekin badauzkat. Boterearen urbil egotea ez zait erakargarri iruditzen eta sentimendu horrek ematen didan askatasuna erregalu zoragarritzat harten dut. Asmo honekin, eta ezagutzen nauen pertsonek baiestatu dezakete hori, idazten ditut honako hausnarketa hauexek, insultoak eta gezurrak dekonstruitu nahian.
http://blogs.deia.com/desmarcados/2017/03/14/esa-patria-no-es-la-mia/

Parece que cierto éxito (me refiero indudablemente al obtenido por la novela "Patria") escuece a algunos, y se ha demostrado con una visceralidad que yo al menos no había sentido en 17 años de articulista en El Correo. Siempre he mantenido, en mi vida privada y publica, mi alumnado ha sido y es testigo de esa obsesión, que la crítica es uno de los mayores regalos que un ser humano, como persona y también como profesional, puede recibir. La crítica costructiva, la que se hace con objeto de argumentar o precisar lo afirmado, es algo que siempre recibo como un don que te ofrecen quienes te quieren, sean estos familiares, amigos, profesionales, alumnos/as....Pero, indudablemente, existe otro tipo de crítica (que yo no denomino así, pues para mi el sentido etimológico radical de la palabra es el primero que he mencionado); la llamada crítica destructiva, esa que no se ofrece como don, ni se recibe como regalo pues su función no es reparadora sino que al arrojarse cual arma, preñada de falsedades e infundios, genera dolor. Y debo deciros que esa es (aun asumiendo con total normalidad que quien se presenta ante la tribuna pública, y mis colaboraciones como articulista en El Correo lo son están expuestas en las redes sociales a cualquier ataque, incluso al más vomitivo) la dolorosa sensación que he tenido al leer esta réplica a mi artículo del pasado domingo, "Patria. El dedo en la llaga". Os invito a leerlo, amigos y amigas, nacionalistas, centralistas, foralistas, federalistas, confederalistas, autonomistas, liberales, progresistas, marxistas, feministas, animalistas...o simplemente, como yo, decepcionados; leedlo y sacad, como personas libres y críticas (siempre de forma constructiva) vuestras propias conclusiones, esas que nada ni nadie podrá nunca arrebataros. Ya se que estar cerca del poder otorga seguridad y fuera hace mucho frio, pues el poder es capaz de destrozar a los disidentes; pero a mis sesenta años recién cumplidos y sin ningún carnet (excepto el de la piscina a la que acudo) me puedo permitir no tener más servidumbres que las de mi propia conciencia y esa situación me ofrece una impagable sensación de libertad. Siempre con la intención de desmentir infundios y nunca con la de zaherir (jamás emplearé el odio ni el insulto como lo han hecho mis agresores, y quienes me conocéis lo podéis certificar), me atrevo a realizar las siguientes aportaciones a ese "articulista", al que por prudencia y respeto profesional (pues he coincidido en alguna ocasión, siempre cordial, en EITB) no menciono con nombre y apellidos, cuestión esta que él ha preferido no respetar. Bien, no demos más vueltas y... ¡vayamos a ello!

En primer lugar, el comienzo es realmente capcioso y supongo en él una evidente animadversión, no de hoy sino labrada en el tiempo, contra El Correo. Se comienza con una afirmación (que una pluma experta, como es el caso, no hubiera nunca realizado sin ánimo expreso de herir) que puede generar dudas sobre el sujeto al que se aplica ese califitativo:

"El caso es que El Correo Español publica hoy, 13 de marzo, un artículo de opinión,PATRIA. EL DEDO EN LA LLAGA, firmado por Jesús Prieto Mendaza, antropólogo de profesión y habitual colaborador del periódico, el mismo que fue fiel apoyo de la dictadura franquista hasta que llegó el momento de chaquetear".
Supongo que ese calificativo, repito que se ha de suponer, no me lo adjudica a mi (por mi edad) o a mi comportamiento durante mis años de infancia y primera juventud en movimientos antifranquistas, por lo que deduzco que se arroja sobre el periódico en el que tengo la gran suerte de escribir, ese mismo medio donde observo una libertad y una pluralidad que es digna de elogio, un periódico que hace de su apuesta democrática el eje fundamental de su labor y en el que no tiene cabida ninguna opinión que pueda alejarse de ese principio fundamental. Por lo tanto, recuperando una de sus afirmaciones, señor "articulista", el diario El Correo es hoy un diario apreciado por una parte muy significativa de la ciudadanía vasca y lo es por su inequívoca apuesta desde la transición por una sociedad democrática. Como el "articulista" dice, y retomo sus propias palabras, "El pasado no existe: el pasado existió". Entonces ¿en que quedamos?

En segundo lugar, se arremete de nuevo, y repito, en mi opinión, de forma muy grosera e inmerecida, contra la obra, para mi excelente, de Fernando Aranburu.
 "......mi opinión sobre el libro, que a mí me parece reduccionista, mediocre e indigno de tantos elogios que viene recibiendo y con tan poco bagaje como para ser un bestseller. La veo como una novela vulgar. Patria es un relato pobre y particular a partir de personajes caricaturescos y situaciones deformadas..."
No, no puedo estar sino en desacuerdo con esas afirmaciones, como escritor y como consumidor de literatura. Patria es para mí una gran novela y deseo aquí realizar una encendida defensa de su construcción literaria, de su tempo, del manejo de los personajes y, si hiciera alguna crítica (siempre constructiva repito) esta sería, ¡Oh, casualidad que en la misma no aparece un Batzoki.

En tercer lugar, existe una obsesión enfermiza por situal las alabanzas a la obra de Aranburu en una especie de confabulación de los poderes del pérfido estado español para configurar un relato opresor contra la realidad de un pais idílico y pacífico. 
"La veo como una novela vulgar que a los poderes del Estado les ha parecido conveniente introducir en la batalla del relato...Ese dirigismo, esa tutela de la prensa y la política institucional me repugna..."
¿Acaso yo, por mis alabanzas a "Patria" soy un espia de los servicios de inteligencia del estado, o quizás de la KGB, tal vez de la CIA? Por favor, un poco más de seriedad con ciertas afirmaciones y, quizás, un poco menos de envidia ante un escritor consagrado y una obra que está mereciendo las alabanzas de medio mundo.

En un cuarto punto he de manifestar también mi extrañeza, al comprobar que escribir un artículo de opinión (de un humilde profesor y articulista ocasional) puede resultar "modificador de conductas y tendencias sociales (sic)" hasta límites insospechados (si lo llego a saber antes me hubiera ofrecido en la mediación de conflictos a nivel internacional, que ríanse ustedes del grupo de Brian Currin & Cia). Así lo interpreto cuando se afirma lo siguiente:
"Lo que puede querer Mendaza, y no sé si Aramburu, es que la ciudadanía vasca acepte el relato oficial o el olvido de la izquierda abertzale".
Caramba, realmente me conoce más bien nada si es capaz, después de una trayectoria vital en el pacifismo vasco desde 1987, si ha seguido mis colaboraciones en distintos medios, teniendo en cuenta mis manifestaciones públicas de sobra conocidas, de afirmar que busco el "olvido de lo realizado por la izquierda abertzale". ¡Vaya por Dios! Arnaldo, soy tu hombre...¡fichame ya!!!!

Finaliza de forma apoteósica nuestro "articulista", parece una llamada de atención del poder a los escritores, historiadores, científicos sociales... ¡No escribáis sobre ciertos temas! ¡No oséis criticarnos! ¡No menospreciéis nuestra capacidad de haceros daño! ¡Haced poesía y escribid novela romántica!: 
"La gente no necesita ninguna “contribución sanadora” de nadie. Es lo suficientemente madura e inteligente."

Evidentemente, no puedo sino estar en total desacuerdo con esta afirmación. Toda sociedad necesita la contribución sanadora de la historia, de la sociología, de la folosofía, de la antropología, del arte, de la música, del cine y, como no, de la literatura. Toda sociedad, más aún una sociedad que ha salido -quizás que está intentando salir todavía- de una experiencia profundamente traumática. Las narrativas, y fundamentalmente las narrativas de las víctimas (y repito lo dicho en mi artículo; Fernando Aranburu demuestra una ética sin tacha cuando nos recuerda también la existencia de víctimas de los excesos del estado en su novela) son bálsamo sanador, de un poder curativo excepcional, para afrontar procesos de reconciliación. Puedo remitirle a una lista de personalidades y hechos históricos, desde el Holocausto a la Recuperación de la Memoria Histórica, desde Primo Levi a Reyes Mate, que apuntan a ese poder de reconstrucción sanador de la literatura, desde una mirada al pasado con una proyección de futuro.

"Déjele en paz a este país, señor Prieto Mendaza. Es un pueblo feliz, con grandes dificultades. No hay nada más importante que el presente y el futuro. La vida de cada día que tenemos por delante"

¡Claro! Eso mismo le dijo un lehendakari en el hospital a J. Ramón Recalde poco despues de que una bala le atravesara la cara! Y es que este país ha sido "chachi piruli" y "super Guay" y el que diga lo contrario es un "mal vasco" o pertenece a los servicios más oscuros del estado. ¡Ah! y resulta que este país es tan mío como suyo y lo amo tanto como ustedes. ¡Caramba! Tratar con ese desprecio a la disidencia, en cualquier sociedad democrática, tiene un nombre. Y no lo voy a emplear...simplemente, por tener un mínimo respeto, el mismo que algunos no han tenido conmigo.

Pero no termina esto, siguen los ataques y se une otro conocido político a la paliza. Ahora soy una eminencia gris hispana. ¡Toma ya! Repito que la disidencia ante el poder en este pequeño país no sale gratis, así es que la maquinaria de la calumnia se pone en marcha de nuevo, además de la pluma (en este caso me parece vomitiva) de un alto cargo del mismo partido que me gobierna. ¿Pero cómo le explico a este hombre, conocido y poderoso, que siendo un adolescente el 3 de marzo de 1976 los grises también me ostiaban como a todos los que no eran adictos al franquismo? ¿Cómo le explico a este hombre que mi trayectoria vital, aquí y en un cayuco en las costas senegalesas, ha estado siempre vinculada a la defensa de los DDHH? Toda una vida en la que he hecho del respeto y el comedimiento una máxima y ahora el pago...¿es este?
Ahora otro, y más fuerte si cabe. De nuevo, lean y juzguen ustedes mismos/as lo que dice este hombre. No doy crédito, despues de mi trayectoria, esto es inaudito:
http://blogs.deia.com/anasagasti/2017/03/13/la-agresion-judicial-a-catalunya-a-estitxu-la-llevamos-a-caracas-otra-eminencia-gris-hispana/
  


No hay comentarios:

Publicar un comentario