No he podido evitar emocionarme con esta anécdota contada por Iñaki Larrea "Lagartijo". Una anécdota que dice mucho del verdadero sentir de un blusa vitoriano como Iñaki, y que suscribo en su totalidad, y con ella un recuerdo a todo un caballero portando su blusa de la cuadrilla "Bereziak": Javier Zabala. Mis palabras sobran, son las de Iñaki las que deben ser leídas y, despues de ello...¡atención jóvenes y no tan jóvenes!...deben ser puestas en práctica.
Corría el ya lejano año 1991 cuando yo entré en la
cuadrilla de blusas. A media mañana nos dirigimos a la residencia de ancianos
de Txagorritxu, en lo que era uno de los actos programados por la cuadrilla. En
el parking de la entrada esperaba un miembro de la cuadrilla “Bereziak” con
unos grandes bigotes, y un manojo de pañuelos en la mano. -“A ver, los nuevos…,
venid para aquí…!”-nos gritaba mientras hacía señas para que nos acercáramos. Y
así fue como conocimos al mejor blusa que he conocido en mi vida. Una
grandísima persona, de la que yo aprendí en apenas unos minutos el significado
de la palabra BLUSA, en mayúsculas. -“Ahora tenéis que entrar ahí, y os ponéis
a repartir estos pañuelos entre los ancianos, bailáis con ellos, les dais dos
besos a todos, y acordaros que para ellos esta media hora es muy importante. No
nos cuesta nada, y podemos hacerles felices aunque sea sólo por un rato. Y…¡no
metáis fichas a las enfermeras, por favor!!! Y ¿sabéis lo que es ser un
verdadero blusa? Pues ser un blusa es en primer lugar hacer que todo el mundo a
tu alrededor sea feliz, y disfrute de las fiestas, y en segundo lugar,
disfrutarlas tú. Si tenéis clara esa prioridad, y algo tan sencillo como ésto,
seréis buenos blusas…”
Y así fue como cogimos los pañuelos
y entramos a la residencia. Yo me dirigí a un grupo de varias ancianas, y le
pedí a una de ellas que se viniera a bailar un pasodoble conmigo, al tiempo que
la Fanfarre lo empezaba a tocar. -“Uy majo…. (me dijo aquella encantadora
mujer), pues tendrá que ser con taca-taca, porque el caso es que ya para
moverme ando mal”….. Pues con taca-taca y con lo que haga falta, pero este
pasodoble lo bailamos!!, le contesté. Y por supuesto que lo bailamos…. Un poco
incómodo, pero lo bailamos. Le puse el pañuelo, le di dos besos, y me marché de
allí con una satisfacción personal y una alegría interior que me hizo, de
verdad, muy feliz.
Al año siguiente me incorporé a la
Fanfarre Bihotzatarrak, por lo que el siguiente 5 de Agosto la situación se
repetía y me tocó volver a la residencia de Txagorritxu. Yo no me acordaba de
la situación vivida el año pasado, hasta que al llegar a la Residencia, vi a
una mujer esperándonos en las escaleras de la entrada. Claro, con taca-taca incluido.
En ese momento recordé todo. Corrí a
saludarle y a darle dos besos. -“¿Sabes que llevaba todo el año esperando este
momento para poder veros y repetir el baile?”- me dijo ella. Me dejó a cuadros.
Volví a bailar con mi princesa, repetimos el pasodoble con taca-taca, le regalé
en lugar de pañuelo, un pin, y le volví a dar dos besos. Como bien nos explicó aquel
magnífico Javier Zabala, eso que estaba pasando era la prueba evidente de que
con muy poco que diera un blusa podía conseguir mucho en la gente.
Iñaki Larrea
Iñaki Larrea
OLE OLE y OLE !!! Eso es un blusa y una fanfarre de verdad!
ResponderEliminarQue no se nos olvide que todas las cosas tienen un origen y una naturaleza. Eso les da personalidad y su razón de ser. No me extraña que Iñaki Larrea lo haya entendido, porque reúne las mejores condiciones. Y tampoco que fuera Javi Zabala el inspirador, porque de eso hizo una misión.
ResponderEliminarClaro que si el verdadero Blusa disfruta haciendo felices a los demás y si son niños o ancianos más todavía por que te dejan mejor sabor de conciencia
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